Proceso

El proceso del labrado del alabastro requiere de constancia y pasión, el material es noble por naturaleza y no opone gran resistencia para ser transformado siempre y cuando las manos que lo trabajen sean expertas en encontrar el balance exacto entre la rudeza del desbaste de mayor volumen y el lijado que cuida el mínimo detalle. 

 

El desarrollo de una nueva pieza esculpida comienza desde la ubicación del yacimiento y una búsqueda exhaustiva de un sitio con probabilidad de obtener un bloque adecuado para las piezas a realizar, posteriormente con una sierra eléctrica se traza el corte sobre el piso con las dimensiones deseadas. 

 

El bloque extraído no deberá tener grietas que comprometan su integridad estructural. Los artesanos lo transportan de distintas maneras hasta sus talleres y ahí comienza un proceso para marcar y visualizar los primeros cortes de desbaste que son lo más rudos y quitan la mayor cantidad de sobrante del bloque, entonces es cuando las plantillas, reglas y escuadras entran en juego para ir detallando cada vez más la pieza de arte hasta culminar con una alta precisión y fidelidad con el diseño previamente generado.